Rincón literario

del IES Las Encinas

Bienvenidos

Estás ante una revista literaria destinada a dar a conocer los meritorios trabajos de nuestros alumnos del Centro, y que se publica por el Departamento de Lengua Castellana y Literatura con la colaboración de los Departamentos de Francés y de Inglés. En este espacio encontrarás convocatorias a concursos literarios y, sobre todo, los títulos de nuestros alumnos que han sido premiados en algún certamen o que, a juicio de sus profesores, han destacado especialmente.

Nos actualizamos

¡Tenemos novedades! Este curso, y gracias a la colaboración del profesor Pedro Fanega, el blog se actualiza con dos pestañas nuevas, apartados que permanecerán fijos y que esperamos vayáis alimentando con vuestras propuestas con cierta asiduidad. La primera novedad es el espacio que hemos denominado ¡Porque nos gusta! En él iremos publicando textos que nos hayan llamado la atención o nos resulten interesantes, como hasta ahora, pero a los que podremos acceder más fácilmente al estar reunidos en su propio apartado. En segundo lugar, Nuestras reseñas, donde la idea es que vosotros, como lectores, recomendéis esos libros que os han gustado y que por lo general no pertenecen al listado de lecturas obligatorias que se proponen desde el departamento de Lengua, Inglés o Francés... Porque aquí, tenedlo en cuenta, tendrán cabida las reseñas de cualquier lectura que os apetezca recomendar, sin distinción de género o de idioma. Así que, ya sabéis, ¡animaos a compartir vuestra experiencia lectora! Os lo agradecerán vuestros compañeros... y también vuestros profes.

Concurso de Cuentos en Imagen "Une belle histoire"

El departamento de Francés también celebró su Día del Libro, y lo hizo con este concurso que nos ha dejado unos magníficos trabajos que merece la pena compartir con todos vosotros.Este jueves, 3 de junio, se llevará a cabo la entrega de premios en las escaleras principales del edificio. ¡Podremos aplaudir a nuestros ganadores!

Booktuber: ¡recomendamos!

Coincidiendo con el Día del Libro, este año tenemos a algunos alumnos de 3º ESO C que se han animado a meterse en la piel de un booktuber y recomendarnos una lectura... Aquí os dejamos una muestra: un libro para niños y un clásico de misterio para jóvenes y adultos. ¡Buen trabajo!

--

--

5 de agosto de 2016

Muerto de vivir



Lunes
   Hola. Es decir, ¿hola? ¿Estoy hablando solo o realmente habrá alguien que algún día lea esto? En fin, lo menos que puedo hacer, vaya a ser de utilidad o no, es presentarme. Soy Lucas, pero puedes llamarme como quieras. De verdad. Podría ser Marcos, Álvaro, Cristina, Luis, Mariana o cualquier otro, pero me tocó Lucas. Podría ser tú. Ya me da igual. Tengo quince años y me gusta hacer cualquier cosa mientras no sea nada. Otra cuestión muy distinta es que realmente lo haga. Supongo que es algo un poco paradójico. Es igual.

   Y te preguntarás, o más bien me pregunto yo, ¿qué estoy haciendo con mi vida? Pues estoy escribiendo. Escribiendo un diario. Hay quienes pensarán que esto es "cosa de niñas". Jamás he oído cosa más estúpida. Y no sólo por el tema del diario. La propia expresión es una auténtica parida, pero ahora no voy a hablar de eso. Yo he venido a hablar de mi vida. Obvio, ¿no? Por algo se llama diario. Si no, sería un cuaderno de notas, o yo qué sé.

   De todos modos, creo que estoy perdiendo un poco bastante el tiempo, ¿no crees? Catorce líneas para presentarme—si se puede llamar así—y para decir que esto es un diario. Sí, un diario, creo que con decirlo una vez era suficiente, así que, ¿por qué no te esperas a volver otro día con algo interesante que contar? Ah, lo siento, no te lo decía a ti, sino a este pesado.

   Puede que sí esté hablando solo. Puede que esté loco. Las mejores personas lo están, ¿lo sabías?

Martes
   ¿Qué tal todo? Porque yo mal. Estoy de exámenes, y digamos que muy bien no voy. Siendo sincero, odio estudiar... ¿Pero qué estás diciendo? Si te encanta. Ya, bueno, supongo que ambas cosas son ciertas. Me cuesta ponerme a ello, pero una vez empiezo en serio no está tan mal. Al fin y al cabo es aprender, y aprender es saber más cosas. Eso está bien, aunque, como dicen, saber es poder. Entonces no siempre está tan bien. Supongo que depende de si estás preparado o no. Es un tema delicado.

   El caso es que me voy por las ramas y eso no me conviene, ya que, por desgracia, soy tonto. Tan tonto que sin darme cuenta empecé a escribir esto en mi antiguo cuaderno... al que le quedan seis páginas. En fin. Seguir con esto no me conviene por razones obvias.

   Volviendo al tema de antes, ya he explicado por qué me gusta estudiar, pero, ¿por qué no me gusta? Sí, ya sé lo que estarás pensando, y lo digo teniéndolo en cuenta. Ya sé que a nadie le gusta tirarse una tarde estudiando. A lo que me refiero es que yo soy de esos que, directamente, no se tiran esa tarde estudiando.

   Yo antes era buen estudiante. No me refiero a sacar buenas notas—que también—pero yo era realmente un buen estudiante. ¿Que qué hay que tener para serlo? Algo tan simple como complejo. Interés. Y no sólo en los estudios, sino en todo lo que te rodea.

   Con el interés suficiente puedes hacer cualquier cosa. Es una motivación, única en cada ser, que le da sentido a seguir. A seguir abriendo los ojos cada mañana. A seguir levantándote de la cama. A seguir sumergiéndote cada noche en tu propio mundo de fantasía, imaginando nuevos retos, pruebas y obstáculos por superar. A querer hacerlo realidad. A hacerlo realidad.

   Y es que, si no te queda interés, si no hay nada que siquiera te haga levantarte cada mañana o soñar cada noche... entonces ya no hay nada por lo que seguir.

   Yo era un chico inteligente. Rara vez mi capacidad ha supuesto el obstáculo a superar. Antes tenía interés. Preguntaba, investigaba, descubría... Poco a poco fui encontrando cada vez menos retos, menos desafíos que realmente requiriesen mi esfuerzo, mi interés. Así que, a falta de realidad empecé a soñar. Soñaba con lo que no podía encontrar al despertar. Con el tiempo, olvidé lo que era el interés. Sucumbí al sueño, a la expectación de que algo extraordinario sucediese y me devolviese esa vida de aventuras y misterios por resolver. De lo que no me di cuenta fue de que era yo quien tenía que hacerlo. Era yo quien tenía que buscarlo... algo difícil de hacer, porque, ¿cómo vas a encontrar, o siquiera buscar el interés si no tienes motivación alguna para hacerlo? Es un pozo sin fondo, un callejón sin salida. Para cuando llega el momento, lo único que puede salvarte es la llegada de aquel milagroso suceso con el que tanto soñaste.

   Aunque ya es mucho por hoy, ya seguiré mañana.

Jueves
   Sí, lo sé, hoy no es "mañana", pero, ¿qué esperabas?

   Pensándolo bien hay muchas cosas que han cambiado en mi vida en los últimos años. Matrimonios corrompidos, amistades separadas y confianzas traicionadas. Cada vez más y más personas han dejado de importarme, de interesarme. Ya solo puedo confiar en mi propia compañía. En cualquier momento cualquiera se podría unir al resto. Cualquiera podría dejar de existir para mí. Y ya no me afectaría tanto como al principio, porque, cuanto más sufres, más te distancias, te aíslas, te marginas.

   No, no tengo reparo en admitir que pocas cosas me interesan hoy en día. Me he acostumbrado al dolor, a la soledad, a no ser comprendido, quizás hasta a comprender demasiado las cosas... sí, esa fue la raíz de todo.

   Y es que si todavía sigo aquí cada día, es por el simple hecho de ser consciente de todo esto. Conozco cada detalle del por qué de mi situación, sé cómo solucionarlo... y aún así sigo sin hacer nada. Porque, en realidad, es tan fácil como hacer algo. Cualquier cosa. La actividad desencadena nuevos sucesos, y poco a poco se puede recuperar el interés. Sin embargo, así como mi conocimiento de mí mismo es la causa de seguir... también es la causa de mi parálisis emocional.

   Cuando uno no es consciente de esto y sucumbe a los sueños, al dolor, a la soledad... sólo puede acabar de dos formas. O bien se choca corriendo contra el muro, o alguien le tiende una cuerda desde arriba. Pero, ¿qué pasa si es capaz de subir sólo?

   Ese es mi problema. No voy a abandonar, no voy a tirarlo todo por la borda. Mi conocimiento tiene valor, y soy capaz de ser feliz, de recuperar mi interés, de escalar el muro. Lo sé. Pero entonces, ¿por qué no lo hago?

   Quizá la cuestión está en que ya no puedo sufrir más, en que no puedo sentir más soledad, en que no puedo llegar a un estado peor. Directamente me da igual lo que me pase con tal de seguir. Porque sé que, en cualquier momento, podría salir, podría escapar. Lo malo es que, al no poder sentir más, no lo puedo pasar mal. Horas sin salir de mi cama, de mi ducha, de mi casa, de mi mente. Vivo encerrado en mis pensamientos, sin  hacer nada más. Porque no lo necesito. Porque ya me siento bien así, o, mejor dicho, porque no me puedo sentir mal así.

   Pero, ¿qué manera de vivir—si se puede llamar así—es esa? Una vida monótona, donde lo único que destaca son los gritos de mi madre, desesperada. "¿Cuándo vas a hacer algo?" "¿Cuándo te vas a levantar?" Siento verdadera lástima cada vez que oigo esas palabras. O, al menos, la sentía. Ya no siento más, ya no entristezco, pero tampoco río. A veces me pregunto: ¿realmente, hasta qué punto tengo yo el control?

   No sé si debería seguir esperando. Ya no creo que haya marcha atrás. Incluso si consigo vivir, si mi corazón volviese a latir... no sería lo mismo. Creo... creo que no estoy preparado para vivir con ese conocimiento, con esa experiencia, con ese poder.

Viernes
   Ya no sé ni qué escribir. Pensé que, al escribir en este diario, al hacer algo, aunque sólo sea plasmar mis pensamientos sobre el papel, algo de interés volvería a mí. Parece que me equivocaba. Así solo he conseguido aclarar mis ideas, creo, y tomar al fin una decisión. No puedo quedarme para siempre en el limbo. No es bonito, pero es lo mejor.

   Y, aún así, hay quienes piensan que esto es "cosa de niñas".

Sábado
   Hola mamá. Sé lo mucho que me quieres y el sufrimiento que te causo al desperdiciarme así. Últimamente no me soportas porque no eres capaz de quedarte de brazos cruzados viendo cómo muero por dentro. El caso es, mamá, que hace ya tiempo que dejé de vivir. Mi corazón ya no late. No siento el sabor de la comida, ni siento el calor del fuego en las manos. No siento frío, no hago nada. El aire a mi alrededor permanece estático. No veo el color ni el movimiento. Mis oídos ya sólo son capaces de escuchar mis propios pensamientos, de los que ni puedo ni podré escapar. Me he convertido en un ser inerte. Por mucho que cambie ahora, mi cuerpo y alma jamás olvidarán el vivo sabor de los labios de la muerte. Es hora de dejarme ir, y olvidar mis pensamientos como lágrimas en la lluvia. No te sientas culpable, pues con mi ida, por fin volverás a sentir, mas, si permaneciese como un muerto en vida, tan sólo lograría llevarte conmigo. Adiós mamá... después de todo, mentí. Aún puedo sentir tu amor.


DANIEL SAN PÍO (3º ESO B)
Segundo premio RELATO, Concurso literario IES Las Encinas 2016