MEGAN TRAYLING JIMÉNEZ, 4ºA
27 de septiembre 2016.
Desde
pequeña llevo ahorrando todo mi dinero para la aventura que la semana que viene
me espera. Voy a coger un barco (si se puede llamar así) y llegaré a las costas
españolas, porque siempre hablan de la vida que hay allí, que si es mejor, que
si las mujeres podemos estudiar… Eso es lo que más me llama la atención. Por
cierto, me llamo Delu, que significa “la única niña”, ya que vivo rodeada de
cinco hermanos mayores que yo. Mis padres creyeron que era el nombre más
apropiado para mí. Lo que os contaba, me voy a España, todavía no tengo pensado
lo que voy a hacer cuando llegue, ya lo pensaré. Intentaré trabajar para ganar
algo de dinero, poder alquilar una casa e intentar que me cojan en algún sitio
para estudiar Historia. Por mi cuenta me he leído libros y más libros sobre el
tema y hace ya unos años que he decidido que quiero estudiar eso en serio.
Besos. Delu.
4 de octubre de 2016.
Hoy
es el día. Me lanzo a la aventura. Tengo miedo de lo que pueda pasar, pero a la
vez estoy entusiasmada, porque, si todo sale bien, viviré la vida con la que
siempre soñé. Se acerca la hora de partida del “barco”. Llevo en una mochilita
lo más necesario: mis libros de Historia, una camiseta y una foto de mi
familia. Es el momento de la despedida, no lloro. Les digo adiós a mis padres y hermanos y muy
decidida me subo al “barco”. Llevaba
unos días pensando que si me colocaba por el medio tenía menos posibilidades de
caer al mar o de tener frio y eso es lo que haré. Al cabo de unas horas ya no
puedo ver la costa de mi ciudad. A mi lado tengo a un hombre y, al otro, una
mujer. Me he dado cuenta de que somos unas cincuenta personas apretujadas en
una barca pensada para bastantes menos, pero yo sigo feliz. Bueno, mañana os
cuento qué tal amanezco.
5 de octubre 2016.
Son
las 6 de la mañana, ya ha amanecido. Nunca he pasado tanto frío en mi vida, ni
en invierno en mi casa, que mira que ni tenemos calefacción. La mujer que está a mi lado supongo que sigue
dormida, aunque, si respira, lo hace de manera muy discreta. Han pasado ya
cuatro horas; sigue sin moverse. Decido sacudirla. Nada, lo hago otra vez; nada. Le toco la mano, fría como el hielo. Le
tomo el pulso; no noto nada. Ha muerto. Los que llevan la barca se han enterado
de que ha muerto; la han intentado tirar al mar, pero yo he luchado como si
fuese parte de mi familia para que no la tirasen. He salido ganando yo; la sigo
teniendo a mi lado. Me niego a que alguien no pueda ver cumplido su deseo de
llegar a España. Por alguna razón que ignoro, esa mujer quería venir y quiero
ser yo quien haga posible su sueño. Aunque no lo sepa, su alma llegará.
Besos. Delu.
6 de octubre de 2016.
Creo
que lo que veo a lo lejos es tierra firme. Lo estoy consiguiendo, poco a poco
veo que mi deseo está cumpliéndose. Seis horas faltan hasta que lleguemos a
España. ¡Ay! ¡Qué nervios! Bajo de la barca y sigo a los demás. Nada más bajar
me ponen a trabajar; esto no lo esperaba. Bueno, gracias a este trabajillo me
dan un sitio donde dormir y un poco de dinero. Cuando pueda me voy de aquí;
falta poco para llegar a la meta.
Besos Delu.
Ana Martín, 2º ESO D |
9 de septiembre de 2017.
Llevo
casi un año en España. Perdí mi improvisado diario, pero cuando llegué a Madrid
lo encontré en mi mochila. Este año he conseguido muchas cosas; ya tengo la
nacionalidad española; tengo un trabajo estable y pronto espero poder conseguir
una beca para estudiar la carrera de Historia. ¡Quién se iba a imaginar esto de
mí! Según los de la escuela, tengo un cociente intelectual elevado, así que espero
poder con los estudios y sacarlos con buenas notas. Esto me parece surrealista.
Otro día os contaré cómo he conseguido cumplir mi sueño, pero algo sí os adelanto: con esfuerzo todo es posible.
Besos Delu.