Rincón literario

del IES Las Encinas

24 de diciembre de 2016

Soy de esas personas...

EVA GARIJO, 3º ESO D


 Soy de esas personas que buscan todos los días alguna razón para quererse. De esas que cada vez que se miran al espejo solo ven que hay menos brillo en sus ojos. Soy de las que miran más el techo por las noches que dormir. 

Benjamin Lacombe
Recuerdo cuando creía que era cosa de la edad, recuerdo cuando me decían que pasaría, que valía la pena, que tenía una sonrisa preciosa , y que no me escondiera... Y que mierda, aún sigo escondida, porque no tuve el valor de salir ahí y decirle a todos que gané la guerra, porque preferí quedarme escondida a pesar de haber ganado. Suena tan estúpido, podría haberme comido el mundo y estoy aquí dejando que el mundo me coma a mi. Aunque puede que una de las razones sea que todavía me queda vencer los demonios de mi cabeza... Me he acostumbrado tanto al dolor que sus latigazos emocionales parecen caricias. A veces pienso que les he cogido cariño, ¿qué tontería verdad? me destrozan y yo creo que les voy a echar de menos. Quizás sea porque me he sentido abandonada tantas veces que por muy malo que sea, tener su compañía cada día me hace sentir viva... Llorar también me hacía sentir viva, pero no se si será porque no me queda nada más que tirar, pero ya no lloro. Al principio creí que me estaba haciendo más fuerte, y así era, pero no de la forma que debía, construí una coraza, la mejor de todas os lo aseguro, nadie se dio cuenta de que mi piel tan solo eran trozos de recuerdos ligeramente felices pegados unos con otros, nadie vio las grietas. Estaba más tranquila así, pero llegó un momento que necesitaba que alguien despegara esa mentira de mi piel, que me leyera entera, que me desnudara y viera todas mis cicatrices, necesitaba que me levantaran y aunque fuese arrastrándome que me sacaran de ese pozo que yo misma había hecho para encerrarme. Señor, lo había alargado tanto, todos adoraban mi mentira, y yo, yo intentaba aplicar los consejos que nunca seguí para que nadie siguiera éste camino, para que nadie tuviera que pintarse la sonrisa sobre una boca que ya no tiene ni voz, para que ninguna de esas personas que admiraban lo que fingía ser terminaran como lo que realmente soy.

Lo que yo quería deciros es que sois preciosos, con todos vuestros granos y arrugas, y con vuestros kilos de más o menos, con vuestra barriguita y vuestros vicios, y vuestros corazones rotos o vuestras victorias. Y que al universo no le importamos , que estamos de paso, pero que nuestros pasos son bonitos. Que hay belleza aquí y allí. Que fuméis, que bebáis, que hagáis dietas, que os gastéis el dinero en esas zapatillas que tanto se llevan ahora, que total, nada dura, pero el momento merece la pena. Que beséis como tontos, que os enamoréis como tontos, que paréis a la gente por la calle y le digáis que os gusta, que quizá sean desconocidos, pero es que quién se conoce hoy en día. Que os llenéis de cosas, que leáis, que escuchéis música, reíos de los chistes malos, mirad. El mundo es mundo, son caminos, es gente. Abrazad a vuestros padres, a vuestros abuelos que se irán antes , a vuestros hermanos y amigos, y salid a la calle. También haced el amor, daos a alguien, entregad hasta lo último que tengáis, dejaos en las manos de otro, aunque sólo sea una vez. Probadlo todo: los chicos, las chicas, la naturaleza. Caminad solos, observad, oled. Coged aire, respirad profundamente, llenad los pulmones de este aire tóxico: pero nuestro aire, a fin de cuentas. Y perdonad, que las culpas no os distancien, que los silencios no sean kilómetros, no envejezcáis matando al niño que llevamos dentro, él no se merece esto. Amad fuerte, besad fuerte, vivid. Bailad a lo loco, aunque no conozcáis la canción, no importa. Estad. Estad, simplemente, pero que se note. Notadlo.